El Perro del Mar, como muchos de vosotros sabréis, son de Gotemburgo (Suecia) y están liderados por la enigmática Sarah Assbring.
Los sonidos que tejen me han atrapado desde que sacaron su primer LP en 2006, me parecen de esos grupos difíciles de clasificar ya que coquetean con multitud de estilos, deformándolos, enriqueciéndolos y experimentando contínuamente. Un ejemplo claro de lo que os hablo es su último trabajo, Pale Fire, que aún no ha sido lanzado pero el adelanto que os muestro, da varias pistas de por donde van los tiros. Se vuelven más incandescentemente oscuros que nunca utilizando para ello, adictivas bases electrónicas en las que la voz se evapora, entre falsete y falsete que me recuerdan a ciertos momentos de sus compatriotas Fever Ray o Lykke Li.
«Innocence is sense» nada más arrancar es puro trip-hop del bueno, de aquel que nos dejó pasmados en los años 90. Enseguida cambia y se torna lúgubre, andrógino, desconcertante, frenético y el tema va creciendo y creciendo, volteándose como lo haríamos con una clepsídra cuando agota uno de sus contenedores de tiempo.
El video, dirigído por Boe Marion, me encanta, tanto el tratamiento de las imágenes como el montaje.